PRIMERA:
Le dice un cliente a una azafata, después de una discusión, que le está resultando una persona muy desagradable.
La azafata le contesta: "Sin embargo, usted a mí me parece una bellísima persona, pero podemos estar los dos equivocados".
SEGUNDA:
Después de un pollo monumental por overbooking, un cliente le increpa a la sufrida azafata del mostrador: "Señorita, ¡no sabe usted con quién está hablando!"
Se vuelve la tipa a su compañera y le dice: "Mira, otro gilipollas que no sabe ni cómo se llama!"
TERCERA:
Macho ibérico haciéndose el gallito con la azafata delante de los amigotes de viaje a Punta Cana:
- "Señorita, por el precio que he pagado por este billete ¿puedo tocarle el culo?"
Ella, muy digna y sin inmutarse, le dice: "Déjeme que lo vea."
Y empieza a mirar el billete hoja por hoja. Cuando acaba le dice: "Pues no, pero por este precio tiene derecho a que le dé por culo el comandante."
CUARTA:
- ¡Señorita, este vino sabe a polla!
- Es imposible, señor, en Iberia sólo servimos vinos de excelente calidad. Debe ser que le está repitiendo algo que haya comido antes.
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