24.9.08

ZaPe :)

Recuerdo caminar por las calles, hostigado por las miradas de la gente en la pequeña ciudad donde nací, sintiéndome un extranjero y cómo la ignorancia y mediocridad me axfisiaban, como enredaderas de madreselva alrededor de la garganta, abrazándome la nuez hasta hacerme escupir aire. Entonces, de repente, recordaba que sólo el amor salva y por eso tenía suerte. Así volvía a ser quien soy, aunque ni yo mismo lo fuera. Ahora, sin quererlo, cada vez quiero más.


Apócrifo

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