10.4.10

Para el Hombre de la Calle




El principio fundamental de toda propaganda es la repetición de argumentos eficaces, si bien éstos no deben ser demasiado refinados, habida cuenta que no se pretende convencer a los intelectuales ...

Al fin y al cabo, los intelectuales nunca habrían sido convertidos y de cualquier modo acaban aceptando siempre al más fuerte.

Hay que dirigise, por tanto, al hombre de la calle: los argumentos han de ser toscos, claros y vigorosos, apelar a los instintos y emociones, no al intelecto. La verdad no importa en absoluto y está totalmente subordinada a la táctica y la psicología, pero las mentiras convenientes siempre deben resultar creíbles. El odio y el desprecio deben dirigirse a individuos concretos ...


-- J. Goebbels, Diario personal.

Algunas fuentes y más info:

(En)Decálogo de la Propaganda, el libro de Irving, y más propaganda para cerrar el círculo.

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