24.10.09

BlogFall (II)


La resiliencia, en sociología, puede definirse como la capacidad humana de superar las adversidades y construir sobre ellas. Más aún, la resiliencia es la capacidad de una persona o grupo social, no sólo de soportar crisis y adversidades, sino de poder recobrarse y salir fortalecido de ellas.

Los conceptos de competencia, robustez y sobre todo el de vulnerabilidad y protección están estrechamente relacionados con los de la resiliencia, ya que comparten fines y conceptos.

En cuanto a la robustez, en una red viene determinada por la capacidad de ésta para no romperse en subredes y/o desconectar otros nodos cuando un nodo determinado cae o es extraído del conjunto. De ahí que la red distribuida sea calificada como la más robusta.

Queda claro, además, que existe una relación inversa entre la robustez y la vulnerabilidad, que en el caso de las sociedades humanas, solemos relacionar de alguna manera con la felicidad.

En cuanto a esto, me gustaría recordar lo que Russell decía allá por 1930:

“Hay personas que son incapaces de sobrellevar con paciencia los pequeños contratiempos que constituyen, si se lo permitimos, una parte muy grande de la vida. Se enfurecen cuando pierden un tren, sufren ataques de rabia si la comida está mal cocinada, se hunden en la desesperación si la chimenea no tira bien y claman venganza contra todo el sistema industrial cuando la ropa tarda en llegar de la lavandería. Con la energía que estas personas gastan en problemas triviales, si se empleara bien, se podrían hacer y deshacer imperios”.

Y atendiendo a que a Russell también le fue concedido hace 59 años un premio Nobel (en este caso sólo por pensar antes de escribir), quizás debería entrar esta pequeña idea dentro de los planes sostenibles de nuestros queridos titiriteros que nos hacen ser marionetas, entre otras cosas porque no quereremos evitar serlo ...

[oveja negra informa, continuará ...]

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