La muerte es un ser literario que, por encima de todas las cosas, odia las historias mal contadas o resueltas con precipitación. No cree en dios; cree en la retórica.
De ahí su predilección por la guadaña, cuya hoja curva mata dando un rodeo.
J.M. Cumbreño
(Cáceres 1972)
J.M. Cumbreño
(Cáceres 1972)
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