
Así que, para animarse con esta Vida que sigue, voy a contar la historia que ocurrió cuando estaba en un Grupo de Jóvenes, gente muy fina y bien preparada, al que un Gobierno Autonómico solicitó aportaciones y enmiendas al AnteProyecto de Ley de Juventud para ser incorporado al Estatuto de Autonomía. Pues bien, después de pasar los días de plazo sin recibir ninguna de las aportaciones solicitadas, a los diferentes miembr@s, lo único que se nos ocurrió a toda prisa para salvar el tipo, en plan solidario, fue enviar la leyenda de Pérez Galdós, impresa en el antiguo billete de 1.000 pesetas; "Y de entre todos los muertos, siempre habrá una lengua viva para decir; que Zaragoza no se rinde".
Lo que pasó después, fue esto;
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