
Un asustado rebaño de ovejas salía a trompicones de alguna estancia antes dedicada al reposo de la belleza y se escurría, pasando a nuestro lado, por la escalera de mármol, camino de la calle, y de nuevo, al hallar una puerta abierta, tomaba posesión absoluta de algún templo sagrado o de la cámara del consejo de algún monarca. Aquellos hechos habían dejado hacía tiempo de causarnos asombro, lo mismo que otros cambios peores...
Mary Shelley
No hay comentarios:
Publicar un comentario