29.2.08

Arena

Las cosas que pasan nos afectan a todos, aunque no estemos allí. Esto lo digo refiriendome al entorno cercano y la niebla que deja ver diez metros más, y los seis lazos.

Es lo que pienso cuando imagino una Empresa, con una importante cantidad de empleados, que cumplen de la mejor manera posible con los medios disponibles la tarea encomendada, a cambio de unas metas acordadas en tiempo y manera oportunos. Una serie de cualidades y perfiles por y para cada empresa, elaborado siempre por personas sobre un flujo de información infinito, ambas cada vez más evolucionadas sobre menos axiones, o matrices de gestión dispersa no clásica, ni anónima.

Así lo pensaba cuando, pese a las condiciones pactadas para cobrar el penúltimo día hábil de cada mes, el pecunio no aparece el último día. Exagerando sin dramatizar para esos no-mileuristas, puede aparecer el hambre, padres con vergüenza de no haber podido pagar la hipoteca, planes trastocados hacia el fin de semana o el día a día, en definitiva; falta de madurez en una Empresa de la Administración Pública. Así que, si eres funcionario y te encuentras en un Viernes 29 de Febrero, bisiesto y sin palné, se me estremece el alma y me acuerdo de esta Gala.



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