"Voy por ti, voy a venir con mi pandilla y te voy a abrir la cabeza con un hacha"
Un día, Tokusan dijo a su discípulo Ganto: "hay dos monjes aquí que llevan muchos años conmigo. Ve y examínalos". Ganto tomó un hacha y fue a la choza donde los dos monjes estaban meditando. Levantó sobre ellos el hacha, diciendo, "si dicen ustedes una palabra, les cortaré la cabeza; y si no dicen una palabra, también les cortaré la cabeza".
Ambos monjes continuaron su meditación como si no hubiese ocurrido nada. Ganto bajó el hacha y dijo, "ustedes son auténticos discípulos zen". Regresó y relató lo ocurrido a Tokusan. "Capto perfectamente tu punto de vista". dijo Tokusoan, "pero dime, ¿cuál es su punto de vista?"
"Tozan puede aceptarlos", contestó Ganto,
"pero no debe ser aceptados por Tokusan".
Godel, Escher, Bach
Un eterno y grácil bucle
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