
"Pastar de cuando en cuando no mucho, cada día menos, pero con atención, sin perder el tiempo en levantar la cabeza por curiosidad necia, escogiendo sin vacilar los mejores bocados, y después sentarse sobre el cuarto trasero con delicia, a rumiar la vida, a gozar el deleite del no padecer, y todo lo demás aventuras peligrosas. Ya no recordaba cuándo le había picado la mosca.
El xatu (el toro), los saltos locos por las praderas adelante . . , ¡todo eso estaba tan lejos!"
Adiós, Cordera
Leopoldo Alas (Clarín)
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